Escrito por: Jessica Navarrete Tejos, estudiante de Ped. en Educación Física. Universidad del Bío-Bío, Chile.
El sujeto en la etapa inicial, es naturalmente bueno ya que no posee capacidad de discernimiento frente a las cosas buenas o malas, sin embargo a medida que el tiempo transcurre va adquiriendo autoconciencia, pero se siente condicionado por el medio en el cual vive.
Lo bueno seria lo moralmente aceptable, lo que está previamente establecido y que corresponde a un conjunto de reglas que más o menos nos orientan, pero esto no es algo universal, en el mundo existe diversidad de culturas, y cada una de ellas tiene sus reglas concretadas.
Tenemos desde el otro lado, lo malo, el cual esta regido por todo lo inaceptable dentro de esa misma sociedad (matar, mentir, robar, etc.).
A medida que el ser humano crece, va adquiriendo su propia personalidad, pero estas etapas no serán desarrolladas de manera aislada, se verán influenciadas por el entorno social en el que vive. Si lo analizamos de modo comparativo podemos señalar cierta semejanza a un núcleo el cual pudiese ser alterado por diversidad de factores externos quienes darán forma e irán modificando de distinta manera la estructura de este.
Un caso comparable al de las estructuras formadas por el entorno se encuentra en la religión, específicamente cuando hablamos de la iglesia. Se dice que la iglesia la componen las personas, estas aportan creencias, que van dándole un sello único, son las propias personas quienes pueden brindar las características que marcan la diferencia. De este modo situamos a la iglesia en un lugar central y que a su vez está siendo alterada por los seres que la rodean.
La sociedad, puede estar formada por individuos buenos o malos, esto es decisión propia desde el momento en que soy autoconsciente y me dejo o no guiar por las costumbres, cada uno construye su futuro de la mejor forma…
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