Escrito por: Daniela Guzmán, psicóloga de la Universidad del Bío-Bío.
Me decidí a escribir esta pequeña nota por una simple razón: Luego de haber dejado pasar un par de años de mi salida del activismo LGTB, tengo templanza suficiente para hacer un análisis de mi experiencia dentro de él.
Hace algunos años entré a una organización no gubernamental de voluntaria, emocionada quise entregar el conocimiento que hasta ese momento tenía como estudiante de psicología, apoyando el proceso de asumirse y de transición de personas trans en la región del Bío-Bío. Antes de esto, tuve acercamientos a niveles más académicos con seminarios sobre diversidad sexual y psicología y tuve la oportunidad maravillosa de compartir con la organización Chilena de estudiantes de Psicología (OCEP) y el Centro de estudios de Contrapsicología (CEC) momentos de denuncia y crítica álgida al Colegio de Psicólogos de Chile y su silencio traidor frente a las terapias de modificación de la homosexualidad y transexualidad o terapias reparatorias, promovidas y aplicadas en Chile por la recordada psicóloga Marcela Ferrer y otros.