Escrito por: Miguel Cea, Nicole Monroy, David Sepúlveda, Ana Sepúlveda, Yenifer Urrutia. Universidad del Bío-Bío, Chile.
Desde tiempos remotos se sabe que el principal agente socializador de un animal es la familia, el conflicto es que el ser humano como único ser con capacidad de raciocinio ha evolucionado a lo largo de su vida adaptándose a los procesos históricos que han repercutido directamente en la estructura política, social y cultural de la especie.
Desde tiempos remotos se sabe que el principal agente socializador de un animal es la familia, el conflicto es que el ser humano como único ser con capacidad de raciocinio ha evolucionado a lo largo de su vida adaptándose a los procesos históricos que han repercutido directamente en la estructura política, social y cultural de la especie.
Todo comienza en las comunidades primitivas y como punto de referencia tenemos cuando el ser humano desarrolla la agricultura y la ganadería como su principal fuente alimenticia, cambiando su estilo de vida de cazador nómade a agricultor sedentario, formando grandes civilizaciones que acarrearon características culturales comunes como la religión y el lenguaje.
Este es el punto de partida para la creación de una institución, la cual consistiera en perpetuar la historia de un grupo cultural traspasando las tradiciones de generación en generación y junto con esto complementar la enseñanza que los niños traían desde sus hogares sobre el lenguaje y la religión. Como ya sabemos la historia de la humanidad ha cambiado su estructura como sociedad, por lo que la familia ha tomado un rol más pasivo en la construcción del sujeto dejando en gran parte este trabajo a la escuela, que también a través de la historia ha debido añadir más deberes a su labor como institución social, puesto que como decíamos anteriormente en un principio se formo con el solo objetivo de traspasar información y conocimiento, con el pasar del tiempo las necesidades de la sociedad han hecho que la escuela sea la encargada de entregar valores y en definitiva ayudar a la formación de la personalidad del sujeto. Ante esto el psicólogo J. Piaget plantea una serie de características para propiciar la adquisición de la autonomía del sujeto a través de la pedagogía en su libro “la autonomía en la escuela”. Según Piaget “la autonomía favorecería el desarrollo de dos cualidades en particular, la primera es el espíritu de iniciativa y la segunda el sentido de responsabilidad, a través de esto surge una autodisciplina del estudiante". Piaget postula que la autonomía se desarrolla tanto moral como intelectualmente, desde el punto de vista moral un ser autónomo es capaz de actuar por si solo y de construir una propia percepción del bien y el mal en donde se sitúa a el mismo como punto de referencia, dado que considera incorrecto lo que en este caso a él le haría mal, logrando una empatía con el mundo que lo rodea y un equilibrio emocional lo bastante elevado como para vivir en libertad.
“la autonomía… aparece con la reciprocidad, cuando el respeto mutuo es suficientemente fuerte para hacer que el individuo sienta el deseo de tratar a los demás como el desearía ser tratado;… la autonomía moral aparece cuando la mente considera necesario un ideal que es independiente de cualquier presión externa. Por lo tanto no puede haber necesidad moral fuera de nuestras relaciones con los demás” (J. Piaget, 1932, p 196).
Cuando hablamos de la autonomía intelectual nos referimos a lo que el sujeto comprende de un aprendizaje, asimilándolo con sus conocimientos previos para luego ponerlos en práctica de manera general y en contextos específicos.
Nos damos cuenta que la autonomía es capaz de formar entes reflexivos, críticos y además responsables de sus actos, con espíritu de iniciativa lo que genera líderes con ideales claros y progresistas, sin temor a que los limiten, conscientes de los problemas actuales y capaces de saber cuándo ceder a presiones externas que conlleven a un bien común, tolerantes ante los pensamientos ajenos, que aprenden a pensar por sí mismos y lograr un análisis de la realidad más racional que el resto. La autonomía en su final logra la autoestima y con esto la felicidad del sujeto. De esta manera llegamos a la conclusión que la autonomía escolar es el sendero directo para alcanzar la verdadera educación de calidad. Pero en nuestra sociedad actual ¿realmente el objetivo es alcanzar la autonomía de los estudiantes?
Nos damos cuenta que la autonomía es capaz de formar entes reflexivos, críticos y además responsables de sus actos, con espíritu de iniciativa lo que genera líderes con ideales claros y progresistas, sin temor a que los limiten, conscientes de los problemas actuales y capaces de saber cuándo ceder a presiones externas que conlleven a un bien común, tolerantes ante los pensamientos ajenos, que aprenden a pensar por sí mismos y lograr un análisis de la realidad más racional que el resto. La autonomía en su final logra la autoestima y con esto la felicidad del sujeto. De esta manera llegamos a la conclusión que la autonomía escolar es el sendero directo para alcanzar la verdadera educación de calidad. Pero en nuestra sociedad actual ¿realmente el objetivo es alcanzar la autonomía de los estudiantes?