¿Qué es el Interaccionismo Simbólico?

Por María Catherine Jofré M., Alicia Manríquez O., Carla Silva Cordero, Ped. Educación General Básica. Universidad del Bío-Bío.

El Interaccionismo simbólico es una corriente de pensamiento microsociológica, relacionada con la antropología y la psicología social que basa la comprensión de la sociedad en la comunicación y que ha influido enormemente en los estudios sobre los medios. 
El Interaccionismo simbólico se sitúa dentro del paradigma de la transmisión de la información: emisor-mensaje-receptor. En este paradigma, la comunicación se considera instrumental, es decir, los efectos del mensaje se producen unilateralmente sin tener en cuenta a la audiencia.
Esta corriente, fundamentada al igual que las anteriores en la filosofía fenomenológica, pone énfasis en la interacción de los individuos y en la interpretación de estos procesos de comunicación. El interaccionismo simbólico, no presta mucha atención a las estructuras sociales, a los sistemas y a las relaciones funcionales, sino al mundo de significados de los símbolos dentro del cual actúan los sujetos. (Perez, 2012) 
“El interaccionismo simbólico apunta al significado subjetivo de los actos humanos y al proceso a través del cual los individuos desarrollan y comunican intenciones o elementos compartidos” (Ceballos, 1997)
Helbert Blumer en 1938 fue quien acuño el término “Interaccionismo Simbólico” en 1938 y uno de los pioneros del interaccionismo simbólico donde plasma una serie de ideas básicas, que forman el armazón del estudio y análisis de esta corriente: 
“La expresión “interacción simbólica” hace referencia sin duda al carácter peculiar y distinto de la interacción, tal como se produce en los seres humanos. Su peculiaridad reside en que el hecho de que estos seres humanos interpretan o definen las acciones ajenas, sin limitarse únicamente a reaccionar. Su respuesta no se elabora directamente como consecuencia de las acciones de los otros, sino que se basa en el significado que otorgan a estas acciones. De esta manera, la interacción humana se ve mediatizada por el uso de símbolos, la interpretación o la comprensión del significado de las acciones del prójimo. En el caso del comportamiento humano, tal medición equivale a intercalar un proceso de interpretación entre el estimulo y la respuesta.” (Blumer, 1982) 
De acuerdo con Blumer, las principales premisas son: 
  • Las personas actúan sobre los objetos de su mundo e interactúan con otras personas a partir de los significados que los objetos y las personas tienen para ellas, es decir, a partir de los símbolos. El símbolo permite además trascender el ámbito del estímulo sensorial y de lo inmediato, ampliar la percepción del entorno, incrementar la capacidad de resolución de problemas y facilitar la imaginación y la fantasía. 
  • Los significados son producto de la interacción social, principalmente la comunicación, que se convierte en esencial tanto en la constitución del individuo como en (y debido a) la producción social de sentido. El signo es el objeto material que desencadena el significado, y el significado el indicador social que interviene en la construcción de la conducta. 
  • Las personas seleccionan, organizan, reproducen y transforman los significados en los procesos interpretativos en función de sus expectativas y propósitos. 
  • Otras premisas importantes son que la distinción entre conducta interna y externa presupone que el individuo se constituye en la interacción social (formación del yo social autoconsciente) y que no es posible entender el yo sin el otro ni a la inversa y que los grupos y la sociedad se constituyen sobre la base de las interacciones simbólicas de los individuos al tiempo que las hacen posibles. 

Sus postulados contienen los principios de una nueva filosofía (el pragmatismo), un objeto de estudio (la interacción) y una modalidad investigativa que sienta las bases de la metodología cualitativa. J. Dewey y G.H. Mead son las figuras mas relevantes del movimiento.
Sin lugar a duda uno de los teóricos mas importantes de esta corriente es G H Mead (1863-1931) a Mead lo que le interesa es la experiencia, y en este sentido su proyecto será concebido como un pasaje de la sociología formalista a la sociología de una acción cotidiana fundada en el lenguaje coloquial de los gestos.
Mead, sostiene que la sociedad es interacción y que el cambio social se funda en la interacción. La sociedad funciona como un equipo donde cada uno aporta a su desarrollo personal para el progreso de la sociedad. Beneficio comunitario. Según, Mead El individuo no nace siendo persona, sino que se forma socialmente al momento que logra observarse a sí misma como un objeto, es decir, cuando logra un pensamiento reflexivo sobre sí mismo. A través de la comunicación es que la persona puede salir de sí, pues la comunicación supone asumir la postura de la otra persona con la que se está hablando y desde ésta mirarse uno mismo. El interlocutor es un espejo en el cual se observa la propia persona, de esta manera logra salirse de su propio organismo y mirarse como objeto. En la infancia esto se ve claramente con los juegos de roles: el niño va hablando e intercambiando papeles, aprendiendo así formas socialmente establecidas de comportarse y de mirar el mundo. 
Esto significa que un sujeto solo cuando se relaciona con otro(os) se conforma como persona, es decir, pusiéramos a un sujeto desde muy pequeño solo en un lugar donde no hubiera nadie más, la construcción de su yo sería muy diferente puesto que la construcción del yo se hace en función de otro y según imaginarios construidos socialmente; por ejemplo, uno logra entender cual es rol de un padre por que hay una construcción que ha hecho la misma sociedad respecto a ese rol, por tanto sería imposible actuar como padre si no entendiéramos cuales son las obligaciones, deberes, etc. De un padre y eso tiene directa relación también con la concepción que tenemos de hijo, y viceversa. Ahora, el lenguaje lo que hace es verbalizar todos nuestros imaginarios (concepciones, ideas) respecto de las cosas, las relaciones, nuestro entorno, del universo, pues para que el lenguaje sea eficiente tenemos que tener todos los interlocutores concepciones similares acerca del mundo en el que vivimos. Sólo de esa forma, si hablamos de mesa todos tenemos una idea de que es una mesa y de que esa mesa ocupa un lugar determinado dentro de un universo que también entendemos de manera similar; de lo contrario no sería posible establecer un lenguaje efectivo. 
“La interacción simbólica considera dos importantes mecanismos presentes en nuestra sociedad, para explicar como el sistema de aprendizaje ocurre en la sociedad. En primer lugar, los seres humanos aprendemos a creer lo que nuestras familias y amigos creen. Segundo los seres humanos aprenden a través del desempeño de los roles que la sociedad genera para su funcionamiento”. (Ceballos, 1997) 
Para G.H.Mead, parte de la premisa que el individuo no tiene ninguna fuerza originante ni es previo a ninguna realidad social; apenas si es la configuración contingente de un conjunto inacabado de interrelaciones sociales. Su YO por lo tanto, no gravitará en otra cosa que no sea su capacidad para observarse así mismo como un objeto social. 

EL SELF 
El “self” es un concepto de suma importancia para los interaccionistas simbólicos, ya que según Rock “constituye el centro del esquema intelectual de los interaccionistas. Todos los demás procesos y acontecimientos sociológicos se resuelven alrededor de ese centro, tomando de el su significado y organización” “El “self” es en lo fundamental, la capacidad de considerarse a uno mismo como objeto, el “self” tiene la peculiar capacidad de ser tanto sujeto como objeto”. (Ritzer, 1993) 

ENFOQUE DRAMATURGICO
Erving Goffman posee un enfoque dramatúrgico, en donde concibe la interacción como un drama en que todos los individuos de un grupo se influyen recíprocamente mediante impresiones cotidianas: los hombres encarnan roles sociales, usan recursos, etc, y así el actor presenta su actividad ante otros y controla así la impresión de los demás. 
Goffman analiza la situación social en términos de los papeles o roles en que las personas han sido entrenadas para actuar, de acuerdo a la forma que dichos roles fueron definidos por la sociedad. Erving, dice: “es como si todos formáramos parte de un elenco, donde cada uno tiene un rol que representar”. Las personas muestran sus posiciones en la escala del prestigio y el poder a través de una máscara expresiva, una ‘cara social’ (Goffman, 1959) que le ha sido prestada y atribuida por la sociedad, y que le será retirada si no se conduce del modo que resulte digno de ella; las personas interesadas en mantener la cara deben de cuidar que se conserve un cierto orden expresivo.
Esto quiere decir; si yo me defino como “cristiana”, eso va acompañado de una serie de conductas, formas de vida, discurso, forma de relacionarme, etc. y que eso debe ser acorde a lo que la gente espera de mi según sabiendo que yo soy cristiana; o él ejemplo de un profesor, el cual debe actuar, comportarse, relacionarse con los alumno, pues eso esta establecido socialmente y no necesariamente está escrito, sino que está en el imaginario de todos. 
En definitiva, el interaccionismo simbólico plantea que buena parte de las actitudes de los individuos se encuentran mediadas por el orden simbólico o el otro generalizado, hay siempre una fase contingente que se encuentra liberada a sus propios impulsos. Una actitud puede estar socialmente determinada, pero nunca lo estará de manera absoluta, pues, si así fuera, la vida diaria no nos depararía mas que el catalogo de una acción sin sorpresa. Si prescindiéramos de todo azar en la relación que mantenemos con el mundo entonces los encuentros serian citas, las muertes suicidios y las humillaciones, disculpas (Borges).
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