Rendimiento Escolar y Aprendizaje son dos conceptos cuya diferencia no es muy tomada en cuenta en los centros escolares, en donde la reprobación es considerada el principal indicador de ambos. La confusión entre estos dos conceptos prolifera con una frecuencia en los distintos actores del proceso educativo, que conduce a pensar que de lo que hay que preocuparse ante tal realidad.
La Educación cumple un rol muy importante en la formación integral de las personas, la sociedad exige individuos que estén altamente capacitados para ejercer las funciones que ésta demanda. Sin embargo podemos encontrar alumnos con ciertos déficit; de orden psicomotor, cognitivo y emocional dando mayor énfasis en los últimos años a esta área. Pero ¿Quién será el responsable ante una situación donde el bajo rendimiento y la escasa adquisición de aprendizajes?
La familia y el entorno emocional inciden en el comportamiento dentro del aula y por ende en su rendimiento escolar.
El Rendimiento Escolar es un elemento objetivo que está íntimamente relacionado con las instituciones y los padres. Es indudable que lo que da sentido a la existencia y necesidad del docente es la situación escolar del estudiante y, en este sentido, parece ser que la labor del profesor está bien definida. Sin embargo, el trabajo de éste último excede en mucho las tareas de seguimiento y control. Las frecuentes necesidades escolares individuales arrojan problemáticas diferentes inherentes a problemas emocionales, familiares, psicológicos, anecdóticos y, en muchas ocasiones, económicos. Estos problemas afloran en momentos de credibilidad y confianza entre el docente y la familia. Rara vez, el estudiante menciona su situación escolar y la historia que hay detrás de ella y, cuando lo hace, se concreta a mencionar su situación en control escolar en términos reglamentarios.
El bajo rendimiento escolar, no es sólo una mala calificación, sino que detrás de esta hay toda una problemática social, emocional y cultural. Esta última parte en los padres y madres, y repercuten en sus hijos, esta es la realidad que se suele presentar, las madres son quienes pasan más tiempo junto a sus hijos aun así, es notable la cantidad de alumnos que en la actualidad, viven una vida estudiantil huérfana, es decir, donde la familia, está completamente aislada del proceso de enseñanza – aprendizaje.